La paz de la Toscana

 
Procesando las fotos que tomé en la Toscana.

Lejos de ser las típicas vistas floreadas de primavera son más bien sensaciones
de un mar tostado en tonos dorados, bronce y gris,
barnizados aquí y allá con algunos toques de azules y amarillos.

La tierra como un vientre gigantesco está lista para recibir la simiente que continúa
la vida, percibo un silencioso letargo que reverencio como anuncio del fértil porvenir.

Es una experiencia de paz que me llena y renuevo en este momento. 

El suave arrullo de la brisa, el horizonte que invita a visitarlo con la imaginación para
acercarme a alguno de los lejanos y enigmáticos cipreses  o a la señorial estancia cuyos tonos ocres
se mimetizan admirablemente con el paisaje.

Camino suavemente, sin prisa, por un camino vecinal de tierra cuyas piedrecitas me recuerdan
donde estoy.


RBD
La Toscana
IX-2012