La Toscana, aires de existencia y amor. IX-2012

 
 
Existo. Es algo tan dulce, tan dulce, tan lento.
Y leve; como si se mantuviera solo en el aire.
Se mueve.
Por todas partes, roces que caen y se desvanecen. 
Muy suave, muy suave

Jean Paul Sartre

Toscana, paisaje y reflexión. IX -2012

 
Me pasó allá y me pasa aquí cuando edito las fotos.
Tuve la sensación de estar en presencia de una suerte de divinidad más bien asociada a
la naturaleza. 
Está muy lejos de ser el concepto ingenuo, según analizo, del dios personal que 
supuestamente se ocupa de nosotros de cuando en vez.

Es más bien una sensación de paz y serenidad que lo invade a uno, ni siquiera se trata del sentido
de la perfección que definitivamente no existe, es algo grande que inspira sólo silencio e inmovilidad,
en un ambiente donde el tiempo se deja de sentir o tal vez todo se convierte en Tiempo.
Así me imagino en mis momentos místicos a Dios, sin comunicarme, sin pedir, solo ser.


RBD
La Toscana, IX -2012

Atardecer en Pienza. IX-2012

 
Atardecer, "twilight", la hora donde los imposibles dejan de serlo

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La paz de la Toscana

 
Procesando las fotos que tomé en la Toscana.

Lejos de ser las típicas vistas floreadas de primavera son más bien sensaciones
de un mar tostado en tonos dorados, bronce y gris,
barnizados aquí y allá con algunos toques de azules y amarillos.

La tierra como un vientre gigantesco está lista para recibir la simiente que continúa
la vida, percibo un silencioso letargo que reverencio como anuncio del fértil porvenir.

Es una experiencia de paz que me llena y renuevo en este momento. 

El suave arrullo de la brisa, el horizonte que invita a visitarlo con la imaginación para
acercarme a alguno de los lejanos y enigmáticos cipreses  o a la señorial estancia cuyos tonos ocres
se mimetizan admirablemente con el paisaje.

Camino suavemente, sin prisa, por un camino vecinal de tierra cuyas piedrecitas me recuerdan
donde estoy.


RBD
La Toscana
IX-2012