Me pasó allá y me pasa aquí cuando edito las fotos.
Tuve la sensación de estar en presencia de una suerte de divinidad más bien asociada a
la naturaleza.
Está muy lejos de ser el concepto ingenuo, según analizo, del dios personal que
supuestamente se ocupa de nosotros de cuando en vez.
Es más bien una sensación de paz y serenidad que lo invade a uno, ni siquiera se trata del sentido
de la perfección que definitivamente no existe, es algo grande que inspira sólo silencio e inmovilidad,
en un ambiente donde el tiempo se deja de sentir o tal vez todo se convierte en Tiempo.
Así me imagino en mis momentos místicos a Dios, sin comunicarme, sin pedir, solo ser.
RBD
La Toscana, IX -2012